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BIOGRAFíA

Miguel en Amaña, el barrio donde crecióEl 28 de febrero de 1968 vi la luz en la maternidad de la calle Paguey de Eibar, como la gran mayoría de los nacidos en aquella época.  Crecí en el seno de una familia humilde y trabajadora, siendo  el menor de 4 hermanos, todos varones. Viví y me crié en el barrio de Amaña donde, prácticamente todas las familias eran como la nuestra, gente trabajadora y sencilla.



Frente a las instalaciones de Alfa, empresa en la que trabajó su padreMi padre, José Luis, trabajó en Alfa desde los 12 años hasta que se jubiló y mi madre, Celia, aunque también trabajó, enseguida tuvo que dedicarse en cuerpo y alma a mis hermanos y a mí.

Mis recuerdos de infancia me hablan de una etapa apretada, pero con una sensación de plena felicidad ya que no éramos realmente conscientes de las dificultades que soportaban nuestros padres para poder llegar a fin de mes.

La calle era nuestro espacio de juego y un balón suficiente para pasar horas y horas. Tengo grabado en mi memoria la relación de los vecinos del portal; éramos una gran familia y las puertas estaban siempre abiertas para entrar y salir.

Como hijo de alfista, estudié E.G.B. en las Escuelas de Alfa. En esta época, junto con el fútbol, hice mis pinitos durante cinco años como dantzari, primero en Kezka y luego en Amalur.

También viví con 13 años la tragedia de la muerte de mi madre. Supuso un punto de inflexión en mi vida ya que mi infancia terminó y tuve que madurar de golpe.

Cursé E.G.B., B.U.P. y C.O.U. en la Universidad Laboral y después me marche a vivir a Donosti a estudiar Derecho en la U.P.V. Los recuerdos de esta época son muy gratos; el convivir con gente responsable me ayudó a sacar la carrera sin contratiempos y aunque era de mucho estudiar, también había tiempo para la fiesta de los jueves en la parte vieja.

Acabé la carrera en junio de 1991 y en septiembre conseguí mi primer empleo en el despacho del abogado eibarrés Esteban Eguren. Trabajaba como pasante y sin cobrar, una circunstancia hoy en día impensable, pero que me hacía ser la envidia de mis compañeros de la época por tener esa oportunidad. En un año como pasante en el despacho de abogados referencia en Eibar, aprendí mucho más que en 5 años de carrera. Siendo consciente de la situación económica de aquella época, la crisis de principios de los 90, seguí formándome en temas relacionados con el empleo y la búsqueda de nuevas oportunidades. En este camino tuve la oportunidad de trabajar en Debegesa, Agencia Comarcal de Desarrollo Económico, en un programa de asesoramiento a desempleados.

Miguel entró como concejal del Ayuntamiento de Eibar en 1995En esta etapa entre 1992 y 1997 sucedieron una serie de acontecimientos que marcaron el devenir de mi vida. En 1994 falleció mi padre, que era concejal en el Ayuntamiento de Eibar. Toda mi vida he mamado de la política municipal, aunque también es cierto que en aquella época vivía la política desde un prisma más lejano. A pesar de ello, en 1995, Iñaki Arriola me propuso ir en su lista para las elecciones municipales. El PSE-EE consiguió 7 concejales, fue el partido más votado. Iñaki Arriola continuó como Alcalde y yo entré como concejal, recogiendo simbólicamente el testigo dejado por mi padre.

Durante esa legislatura dejé mi trabajo en Debegesa y me incorporé a un despacho de abogados de unos ex compañeros de facultad. Durante ese tiempo continué compaginando el trabajo con mi actividad municipal. En el año 1999 tuve que tomar la decisión de dedicarme en exclusiva a la política municipal. No fue una decisión demasiado difícil, ya que como consecuencia del trabajo y del peso que había dejado mi padre en el Ayuntamiento, desde el primer momento fui muy bien acogido y me sentía cómodo. Como consecuencia dejé el ejercicio de la abogacía, aunque sigo colegiado.

A partir de esta legislatura fui asumiendo más responsabilidades como concejal liberado y asumí progresivamente responsabilidades en Servicios, Hacienda, Obras y Urbanismo, siendo a partir de 2003 portavoz del equipo de gobierno.

El 30 de mayo de 2008, en el Pleno de InvestiduraFinalmente, en 2008, Iñaki Arriola fue nombrado Secretario General de los socialistas guipuzcoanos, proponiéndome a mí como su sucesor en la Alcaldía. A partir de ese momento me cambió la vida, no tanto por el trabajo a realizar, sino por ser la cabeza visible de todas las decisiones y ser la referencia pública de la institución. Gracias al apoyo del partido, pero sobre todo al apoyo de los colectivos y de la ciudadanía eibarresa y la comprensión de la familia, se puede sobrellevar esta responsabilidad, ya que quieras o no, se es Alcalde las 24 horas del día.

Ahondando un poco más en la esfera personal, conocí a la que ahora es mi mujer en 1991 y desde entonces toda mi trayectoria tanto profesional como política ha estado marcada por su comprensión y consejo, pero sobre todo por su apoyo; apoyo que he recibido y sigo recibiendo, sobre todo cuando me pusieron escolta y cuando decidí aceptar el reto de ser Alcalde. Ella ha sido y es mi referencia. En 1999 nos casamos y tenemos dos hijos. Creo que somos una familia eibarresa más, muy sencilla y normal, que intentamos disfrutar juntos de los buenos momentos y compartir los malos. Todos los veranos pasamos 15 días en Galicia, tierra de origen de la familia de mi mujer, aunque también nos gusta la playa.

Miguel con el bastón de mando de la ciudadEn cuanto a mis aficiones, me gusta el deporte, verlo y practicarlo, si bien reconozco que lo practico menos de lo que debería; me gusta leer aunque lo tengo también bastante abandonado, pero sobre todo me gusta estar con mi familia y con mis amigos, callejear por Eibar y cenar de vez en cuando en la sociedad.

El próximo mes de mayo me presento a la reelección como Alcalde. Creo que quedan importantes retos de futuro que cumplir para que la ciudad siga avanzando y tengo ganas, ilusión, compromiso y sobre todo, un buen equipo que me acompaña para poder hacerlo.

Espero que la ciudad de Eibar me otorgue su confianza.

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